El habitar nuestra casa implica tener en cuenta el entorno. En estos momentos, donde la tensión se incrementa por la incertidumbre, es necesario colaborar en la disminución de alteraciones. Lo que en condiciones “normales” es molesto, ahora resulta, trescientos por ciento mayor.
Un individuo es parte de una familia.
Una familia es parte de una vecindad, de una calle, de un edificio, de un conjunto.
Un edificio es parte de un barrio, una colonia, una junta auxiliar.
Y así, la ubicación de la casa amplía su pertenencia hasta llegar a un planeta, una galaxia…
¿Qué pasa cuando se pierde de vista esta pertenencia?
Comienzan las diferencias, las discrepancias, los enojos, las intromisiones, los deseos de estallar.
La valoración individual también es algo que se aprende en conjunto. Es decir, mientras hay interacción familiar, se socializa y entre otras muchas cosas, se aprenden normas de convivencia. Esto es una pauta que, al salir a un entorno con millones de personas sirve como referencia para establecer relaciones saludables.
Recuerda, una forma efectiva de enseñar es, a través del ejemplo. Y el ejemplo en casa, lo ponen los adultos…
¡La cordialidad es una forma de amar-se!
0 responses on "Ambiente Familiar: cordialidad ampliada"